Recordando un poema de Robert Frost y las relaciones de Estados Unidos y Cuba*
En Cuba, el movimiento triunfa y llega al poder en 1959, no así en los Estados Unidos. El movimiento por los derechos civiles y políticos primero, y el movimiento estudiantil y contra las guerras coloniales después, solo logran algunas concesiones civiles y políticas. Pero esa lucha continuó en los Estados Unidos y parte de la población reformista y radical de jóvenes en el norte del país fue al Deep South para ayudar a obtener derechos sociales y políticos. El triunfo revolucionario en Cuba tiene un enorme impacto entre los luchadores por los derechos civiles. Y aun cuando utilizaron métodos diferentes --la no violencia--, reconocieron las contribuciones y los cambios de los cubanos.
En 1960 varios norteamericanos de izquierda establecen el Fair Play for Cuba Committee en favor de la Revolución Cubana y en oposición a la política de la administración Eisenhower. Muchos de sus miembros también pertenecían a la lucha por los derechos civiles de negros, blancos y trabajadores, entre estos el escritor James Baldwin. Ralph Feathrstone, uno de los líderes del Student Non Violent Coordinating Committee (SNCC), consideraba a Cuba “una zona liberada”. El poeta negro, de izquierda, LeRoi Jones escribía, “los Cubanos, y los otros nuevos pueblos (en Asia, África, América del Sur) del mundo no nos necesitan, y lo mejor que podemos hacer es no bloquearles el camino.” [Cuba Libre, 1960]. O sea, un sector significativo de la población negra norteamericana reconocía y apoyaba la autodeterminación, concepto que ya se defendía también en el sur de los Estados Unidos. La organización de solidaridad Fair Play for Cuba Committee existía contra la injusticia, y a su vez integraba a norteamericanos de todos los colores. En sí el “fair play” es lo que los sectores más necesitados pedían para sí y para el mundo.
Pero la relación y cooperación entre los movimientos progresistas norteamericanos y la Revolución Cubana fue atacada desde el primer momento. Ambos movimientos confrontaban a un mismo enemigo.
Poco a poco estas dos fuerzas fueron aisladas por la invasión organizada por el gobierno de Estados Unidos el 17 de abril de 1961 a Cuba. También la sistemática persecución de la izquierda por el Congreso [House Un-American Activities Committee], el FBI y muchas otras instituciones estatales tuvo sus efectos sobre esa relación. Los propios liberales norteamericanos corrieron en dirección opuesta a la revolucionaria. Pero la lucha por la justicia y por la igualdad de derechos democráticos continuó en los Estados Unidos, si bien cada vez más separada de la realidad cubana. La Crisis de los Misiles, de octubre 1962, fue un parteaguas que abrió una mayor brecha entre ambos movimientos. Ya a la Cuba revolucionaria se le definía como un enemigo de los Estados Unidos, mientras que el gobierno demócrata norteamericano de John Kennedy se identificaba con un sector reformista del movimiento por los derechos civiles. Sin embargo, la relación continuó a niveles menos conocidos. Pero no queda duda de que la Revolución Cubana y la lucha por los derechos de los norteamericanos tiene una larga y estrecha relación.
Esa historia, que sólo hemos tocado someramente, revela que las relaciones entre los revolucionarios cubanos y las fuerzas progresistas de los Estados Unidos tiene una larguísima historia. José Martí vivió durante años en Nueva York y Tampa. Exploró como pocos la historia de los Estados Unidos y la de Cuba, por separado y en relación con los dos países. Entendió como pocos el sentido real de lo que significa la independencia nacional. El movimiento progresista negro de los Estados Unidos también comprendió esa lucha. Martin Luther King fue clasificado por el FBI como un “hombre peligroso”. El gobierno de Estados Unidos también le dio esa misma clasificación a Fidel Castro. Ambos entendieron la relación estrecha entre la independencia nacional y los derechos civiles y políticos. Un país imperial no puede ser respetuoso de los derechos humanos y civiles. Y una colonia tampoco los respeta.
El 22 de octubre de 1995 Fidel Castro volvió a visitar Harlem. Dijo: “aquí en Harlem conocí a Malcom X, conocí a otras muchas personalidades. Eran días difíciles, siempre son difíciles los días, pero por delante estaba una lucha muy grande: las grandes batallas de Martin Luther King por los derechos civiles; las grandes luchas de las minorías negras, hispánicas, latinoamericanas de todas partes, por mejorar sus condiciones de vida; la lucha de los ancianos, los enfermos, todos.” [3]
El
Congressional Black Caucus [CBC] de los Estados Unidos ha tenido una posición
amistosa y solidaria hacia el proceso político y social cubano. Y ha representado el sector mas progresista y
favorable a la normalización de las relaciones entre los dos países. Desde 1999 delegaciones y representantes del
CBC ha visitado Cuba y se ha reunido con Fidel Castro. Cuba, a su vez, ha
proporcionado becas a estudiantes norteamericanos con el apoyo de los
Congresistas del CBC. Ya Fidel Castro había señalado que las circunstancias
eran propicias para el mejoramiento de las relaciones pues “era necesario utilizar este momento
histórico en que coinciden un Presidente negro en la Casa Blanca y una
corriente de opinión favorable a la normalización de las relaciones.” [4]
Cómo tendrían que hablar el presidente de
Estados Unidos y el ex presidente Fidel Castro sobre la historia de ambos
países. Ya uno de ellos dijo: “en la buena voluntad y disposición de las
personas hay infinitos recursos que no se guardan ni caben en las bóvedas de un
banco. No emanan de la política única de un imperio.” [5] Bien vale recordar a
Robert Frost: “Dos caminos se bifurcaban en un bosque y yo, /Yo tomé el menos
transitado, /Y eso hizo toda la diferencia.”
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[1]See: Joy James, Review: Harlem Hospitality and Political
History: Malcolm x and Fidel Castro at the Hotel Theresa, Contributions in
Black Studies, Vol. 12, Article 12, 1994, Article No. 12.
[http://scholarworks.umass.edu/cgi/viewcontent.cgi? article=1088&context=cibshttps://youtu.be/UAcgbsPgCbo
[2] L. Ralph, Fidel
Castro and Harlem: Political, Diplomatic, and Social Influences of the 1960
Visit to the Hotel Theresa,” Afro-Americans in New York Life and History. See:
https://www.questia.com/library/journal/1P3-494766291/fidel-castro-and-harlem-political-diplomatic-
[3] http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1995/esp/f221095e.html
[4] Fidel
Castro, “Los 7 congresistas que nos visitan,” Cubadebate (Habana), Marzo 11,
2014. http://www.granma.cu/granmad/secciones/ref-fidel/art113.html
[5]
http://www.granma.cu/granmad/secciones/ref-fidel/art20.html
Sugerencia de lectura:
Lisa Brock y Digna Castañeda Fuentes, Between Race and
Empire : African-Americans and Cubans before the Cuban revolution, 1998.
*El texto del poema de Robert Frost - The Road Not Taken:
Two roads diverged in a yellow wood,
And sorry I could not travel both
And be one traveler, long I stood
And looked down one as far as I could
To where it bent in the undergrowth;
Then took the other, as just as fair,
And having perhaps the better claim,
Because it was grassy and wanted wear;
Though as for that the passing there
Had worn them really about the same,
And both that morning equally lay
In leaves no step had trodden black.
Oh, I kept the first for another day!
Yet knowing how way leads on to way,
I doubted if I should ever come back.
I shall be telling this with a sigh
Somewhere ages and ages hence:
Two roads diverged in a wood, and I—
I took the one less traveled by,
And that has made all the difference
Dos caminos
se bifurcaban en un bosque amarillo,
Y apenado
por no poder tomar los dos
Siendo un
viajero solo, largo tiempo estuve de pie
Mirando uno
de ellos tan lejos como pude,
Hasta donde
se perdía en la espesura;
Entonces tomé el otro, imparcialmente,
Y habiendo
tenido quizás la elección acertada,
Pues era
tupido y requería uso;
Aunque en
cuanto a lo que vi allí
Hubiera
elegido cualquiera de los dos.
Y ambos esa mañana yacían igualmente,
¡Oh, había
guardado aquel primero para otro día!
Aun
sabiendo el modo en que las cosas siguen adelante,
Dudé si
debía haber regresado sobre mis pasos.
Debo estar diciendo esto con un suspiro
De aquí a
la eternidad:
Dos caminos
se bifurcaban en un bosque y yo,
Yo tomé el
menos transitado,
Y eso hizo
toda la diferencia.